miércoles, 30 de enero de 2013

De visita por los blogs de mis compañeros


En esta práctica en la que tenemos que analizar los blogs de los compañeros es difícil descartar o quedarse con sólo algunos, porque es complicado destacar un punto en concreto, un post en particular o un mínimo detalle que le hace destacar sobre el resto, pero en mi visita por los blogs de mis compañeros, destacaría o me han llamado especialmente la atención, y sin desmerecer el trabajo del resto, tres:

Recorte Rebrote porque creo que, aunque sus trabajos son individuales, están bien cohesionados y argumentados. En especial, destacaría el análisis fotográfico de la primera práctica de las tres, creo los tres análisis están muy bien argumentados y guardan entre ellos relación puesto que se han centrado en escoger una temática común: la crisis económica y la sanidad pública. Además, destacaría el carácter ameno y sencillo del blog.

Talento Temprano es el segundo de los blogs que yo destacaría por su diseño; por el carácter, quizá, mucho más personal en sus escritos y por lo llamativo que resuelta acceder a su blog. Sin duda,  invita a la lectura porque el estilo es muy diferente al resto de los blogs, es un blog muy ameno y cuidado en su diseño. Destacaría en concreto el post tan original y personal (en cuanto al terreno personal con el que es abordado el debate sobre lo público y lo privado y por la inclusión de elementos gráficos llamativos) de Valero “Privado viene de Privar”.

Y por último, de los tres blogs que más me han llamado la atención, quiero destacar  Estos son mis artículos. Si no le gusta tengo otros…  Resaltaría de este blog el diseño del mismo, creo que el estilo (del blog en general) está muy cuidado, con fotografías también muy bien escogidas y con una calidad muy buena, y con temáticas muy dispares. En cuanto al apartado de la asignatura, me gusta el artículo sobre la televisión pública de Javier Díaz Berrio.

Además, de Estos son mis artículos. Si no le gusta tengo otros… destacaría el trabajo que realizaron en la primera de las prácticas, en el análisis de las fotografías de la elección de Obama por segunda vez como presidente de Estados Unidos. Creo que el análisis es muy completo, está sin duda cohesionado entre los miembros de grupo puesto que analizaron tres fotografías de un mismo acontecimiento; de nuevo me ha llamado la atención en este apartado el estilo tan cuidado en la utilización del color azul para los títulos, muy afín al dominante color azul en las fotografías escogidas para el análisis.

Me han gustado además dos artículos en relación a la práctica sobre el debate en torno a la televisión pública del blog EntreSecuenciasEn primer lugar destaco el artículo de Lorena Rojo por las fuentes que utiliza cuando hace referencia a aquellos países que cobran un canon a sus ciudadanos para hacer frente a la financiación de su televisión pública y también  me ha llamado la atención la inclusión de enlaces al final de su post de artículos de prensa referidos a este debate para que podamos ampliar la información. Asimismo, y en este mismo blog destacaría el post de Daniel T. por, también, la inclusión de enlaces, en este caso, de publicaciones extranjeras sobre la visión de la televisión pública en España, un aporte que me parece muy idóneo; además, quiero hacer mención a la recomendación de Daniel T. como lectura del libro “La televisión pública en Europa”.

Concretamente, del blog Educar para vivir, destacaría la imagen escogida por Javier Rodriguez en su análisis de la primera práctica. Quizá es la imagen más terrorífica y significativa en cuanto a los sentimientos que evoca de todas las que he visto en los blogs de los compañeros; me parece que es una fotografía que adquiere unos matices muy fuertes por lo llamativa que es. Estoy de acuerdo con el análisis connotativo del compañero.    

Y por último, me ha parecido muy completo, informativo y entretenido el post de Antonio Rodriguez de Ramos “Sobre la vida y la muerte de la televisión pública” en el blog A través del objetivo. Me ha parecido que la inclusión del vídeo en el que distintos periodistas y escritores dan su opinión sobre la televisión pública ameniza el artículo y ofrece la opinión de personajes que están en contacto con la información.   

Ana Garay 


martes, 29 de enero de 2013

El Sur en los medios de comunicación


Cuando visionamos en clase el vídeo de TED sobre la exposición de la escritora Chimamanda Adichie, me llamó la atención de sus declaraciones una frase en concreto que me impactó por la claridad con que la formuló: “Los estereotipos no es que estén mal, sino que están incompletos”. No es nuevo reconocer que en el mundo en el que vivimos, la sociedad de aquí y la de más allá, se mueve y organiza según estereotipos o según medias verdades. Sin duda creo que el debate sobre la percepción e imagen que sobre otras culturas o razas tenemos no es actual, pero sin embargo, y a día de hoy, poco hemos contribuido a cambiarlo.

Quizá nos hemos acomodado y hemos terminado aceptando lo que sí es una realidad, la realidad de que los medios de comunicación, quieran o no, contribuyen a la configuración de una  única imagen o de una sola realidad sobre diferentes culturas, razas o personas. Los medios de comunicación quizá son los primeros en verse salpicados al ser personajes y protagonistas de la configuración de una “realidad” a la que muchas veces no tenemos acceso, y en definitiva, ellos, sin intención o con ella, dejan en nosotros unos posos de medias verdades con las que al final terminamos reconociendo a los países del Sur en su conjunto o individualmente.

Sin embargo, no creo o no quiero creer que los medios de comunicación lleguen a tener un objetivo o una intención definida o estratégica de generar, por así decirlo, una mala imagen o una imagen deficitaria de ciertas culturas, razas o países del Sur. Quizá me muestre optimista al pensar que no creo que exista una intención conspiratoria de denigrar a los países del Sur por parte de los medios de comunicación; pero por el contrario, sí pienso que los medios de comunicación sólo y únicamente focalizan su objetivo informativo cuando ocurren tragedias, catástrofes o ciertos acontecimientos que son considerados noticiables y que siempre terminan mostrando una misma imagen de estos países, la negativa; e incluso en muchas ocasiones, trasladan al espectador una imagen de incapacidad por parte de los países del Sur para salir hacia adelante ante los acontecimientos de los que se informan (terremotos, tsunamis, hambrunas…)

Considero que los medios de comunicación se han asentado en una política informativa que se basa en informar sobre aquellas informaciones que tienen mayor repercusión sobre la sociedad (política o economía), y delegan en otros entes informativos la labor de informar en profundidad sobre otros países o culturas, porque en definitiva, los medios de comunicación que existen en la actualidad se mueven por intereses económicos y  sólo informan del Sur cuando un hecho acaecido puede tener el suficiente eco como para ser tratado en sus medios. En definitiva los medios de comunicación conceden importancia a las noticias que ellos estiman son demandadas por la sociedad y lo más probable es que el problema también resida en el conjunto de la sociedad, en la incapacidad (por lo general) de interesarnos por la realidad de los países del Sur; nosotros también contribuimos a que los medios de comunicación nos informen de los países del Sur cuando ocurren hechos morbosos.

En la actualidad, creo que la labor de informarse y conocer, por lo menos, una parte de la realidad de los países del Sur reside en nosotros, en acceder a plataformas diferentes como es Internet o medios de comunicación alternativos para conocer mejor estas culturas, sus costumbres, sus producciones cinematográficas, literarias… Creo que ya no debemos esperar a que los medios de comunicación, sobre todo tradicionales, nos ofrezcan este tipo de informaciones, sino que nosotros vamos a tener que convertirnos en sujetos activos para acceder a los países del Sur sin esperar a que la información que nos llega sea siempre incompleta. Yo he de reconocer que he aprendido a informarme de estos países, únicamente, por medio de la televisión, la prensa o la radio, y no me he planteado buscar o completar esa información por mis propios medios.

Cuando por ejemplo hace dos años, en verano, la ONU alertó de la hambruna en Etiopía y llamó a la acción conjunta para impedir o prevenir la mortalidad en millones de niños del cuerno de África, ya no sólo pensé que esa realidad era una constante en la vida de esos niños y de sus familiares, y por tanto, no entendía la repercusión que se generó puesto que había previsiones y datos que demostraban lo que después sorprendió a la ONU, sino también, me llamó la atención que, por lo general, los medios de comunicación tienden a mostrar a agentes externos (ONG,s o plataformas de acción extranjeras) y no a las asociaciones u organismos propios del país que trabajan para solventar o congelar el problema, dando siempre una imagen de incapacidad de afrontar por sí solos los problemas. Es cierto y no hay que obviar que los medios o instrumentos de los que disponemos en países más desarrollados no son los mismos que en aquellos que no lo son, pero por cómo es tratada la información, puede generarse en nuestras sociedades una visión que hace pensar que los países del Sur siempre requieren de los del Norte para solucionar sus problemas.

Por lo tanto, yo confío en que los medios de comunicación no son conscientes en cierto modo de la imagen que transmiten sobre los países y culturas del Sur, sino que, y como viene siendo ya normal, estos medios de comunicación únicamente se centran en informar de los países del Sur sin ahondar en sus problemas, pero también en sus virtudes, en sus logros o en sus progresos en cualquier ámbito, a diferencia del tratamiento que reciben los países del Norte.

Al fin y al cabo, y aunque a veces no queramos verlo, los medios de comunicación son, tal y cómo nosotros queremos que sean. Y apelando a la frase de Chimamanda Adichie: “Los estereotipos no es que estén mal, sino que están incompletos”, creo que en la actualidad y con la infinidad de medios a nuestra disposición, tenemos que ser nosotros, individualmente, aunque me cueste reconocerlo, los que tenemos que completar esos estereotipos que no están mal, pero están incompletos porque para cambiar el tratamiento informativo de los países del Sur por parte de los medios de comunicación, primero tenemos nosotros que ser conscientes de que tal y cómo se nos informa de estos países, la percepción que terminamos creando  no es la verdadera y la única.

Ana Garay 

lunes, 28 de enero de 2013


                                                            Realidad única

Reflexionar sobre lo que muestran los medios de comunicación y lo que ocurre en realidad es difícil, creo que lo es incluso más para nosotros, estudiantes de periodismo con ganas de poder hacernos un hueco en el mundo de la información y la comunicación. Reconocer la labor, unas veces positiva y otras negativa, no es fácil ni para nosotros. Cuando se trata de valorar y argumentar lo bueno de los medios de comunicación, creo que todos estaríamos encantados de hacerlo; destacar lo bueno de nuestra profesión es algo que nos gusta a todos y los periodistas no somos un caso aislado. El problema viene cuando tenemos que reflexionar sobre algo que los medios hacen mal… mejor dicho, que llevan haciendo mal muchos años y que lo mantienen a pesar de la evolución tecnológica, que hoy en día facilita la subsistencia de muchos de ellos.

Creo que efectivamente, los medios de comunicación no muestran la realidad, muestran únicamente una parte de la misma; algunas veces, la que les conviene y, otras, se ven obligados a mostrarla debido al interés social que suscita el hecho en cuestión. ¿Esto podría considerarse una buena práctica comunicativa? La respuesta es clara: NO. Sin embargo, es esto a lo que nos tenemos que enfrentar día a día, a lo que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación (independientemente su ideología política, sus valores…) y por ello, no sabría plantear una respuesta al problema. Me explico; esta situación, el hecho de que los medios de comunicación informen únicamente de determinados hechos, de determinadas circunstancias, es tan cercano a nosotros, tan habitual en la sociedad actual que, tras pensar, no se me ocurre un modo de proceder a cambiarlo porque es un modo de comportamiento común a todos los medios, y por ello, resultaría extremadamente difícil cambiar el modo de proceder de todos. 

La causa a este problema creo que radica en la suprema creencia que la sociedad en general, tanto española como del resto del mundo, pone en los medios, única fuente de información social. En consecuencia, éstos se acomodan y deciden no cambiar su comportamiento por temor a recibir críticas sociales. Es decir, los medios basan, en muchas ocasiones, sus criterios de selección de noticias en base a puntos como puede ser  la proximidad de las mismas; ésta práctica ha dado buenos resultados y por ello, los medios no se han planteado cambiarlo. Simple y llanamente esto ha sido lo que ha pasado. Sin tener en cuenta, claro está, que no es una práctica que pueda ser considerada del todo positiva debido a que tienen a la población falta de información.

No me gustaría decir con esto que los medios de comunicación engañan o mienten a los ciudadanos porque no es así (opino esto tanto desde el punto de vista ciudadano como desde el punto de vista de una estudiante de periodismo), simplemente el problema radica en que no muestran la realidad en sí misma, únicamente una parte. Es verdad que los medios, en especial la televisión por la importancia de la imagen, informan de parte de lo que ocurre en el mundo pero no por ello creo que se tenga que acusarles de estar detrás de la mentalidad social; los medios nos muestran el mundo y los ciudadanos debemos saber elegir aquéllos contenidos que más nos interesan, saber comparar y poder formar nuestra propia opinión teniendo en cuenta lo que nos han trasladado los medios, no quedarnos únicamente con una versión.

Contenidos como informativos, debates o programas de entretenimiento o diversión son  nos muestran diariamente esta postura: los medios sólo muestran lo que ocurre en otras partes del mundo si lo que ha ocurrido ha sido una tragedia y si ha habido, lamentablemente, un número elevado de víctimas. Este es el modo de proceder hoy en día: sobreabundancia de información que hace que los medios tengan que elegir sobre lo que informar y trasladar a su audiencia. Es algo a lo que ya estamos sobradamente acostumbrados y de ahí mi consideración de que es prácticamente imposible cambiar esta mala práctica de la totalidad de medios.

En el caso de los medios de comunicación españoles, ocurre como los del resto de países: crean una supuesta realidad que influye en la visión de los ciudadanos y que sin embargo, en muchas ocasiones, no se corresponde con lo que realmente está ocurriendo o ha ocurrido. La influencia de los medios en la mentalidad social es algo espectacular; en muchas ocasiones, he sido testigo de cómo personas de edad avanzada de mi entorno, tras haber leído la prensa diaria, afirmaban: “es una pena… esto antes no pasaba, están siempre igual”, refiriéndose a las matanzas de Siria. Puede que este tipo de sucesos años atrás no sucediesen, pero lo que sí es verdad es que tragedias han ocurrido siempre, de unas se informaba y de otras no, debido en muchos casos, a la falta de medios existentes. Esta visión en la sociedad es la que crean los medios, no se puede negar que son verdad pero a la vez, no puede negarse que este tipo de países lejanos a nosotros tienen multitud de cosas buenas de las que los medios no informan.

Sólo se informa de lo malo porque, en muchas ocasiones, creo firmemente que es lo que interesa a la audiencia. En mi puesto de trabajo, una emisora de radio, diariamente recibo multitud de informaciones que, sinceramente, no creo que interesen a los vecinos (actos culturales, deportivos, vecinales… sin ninguna relevancia), sin embargo, no ocurre lo mismo con otro tipo de informaciones como operaciones policiales, denuncias… que han sido, quizás, las que más polémica han provocado y las que entiendo, en consecuencia, que más han interesado. Este es el día a día del periodista: se habla de lo próximo, de lo que se cree que puede afectar o interesar a un mayor número de personas con el fin de que el medio no sea olvidado por parte de la audiencia. Esto es así, puede ser considerado algo negativo, es verdad, pero también puede ser visto como algo positivo debido a que los medios de comunicación deben, al fin y al cabo, y más en la actual crisis económica, buscar su propia forma de salir adelante.
                                                                                                                                                    S. Parés  

domingo, 27 de enero de 2013


Valoración sobre los blogs de clase

            He de reconocer que, cuando el profesor Daniel Aparicio comentó en clase su idea de que, en grupos, hiciéramos varios blogs con los que poder comentar y valorar aspectos sobre la actualidad que nos rodea, inmediatamente pensé que, en parte, sería una pérdida de tiempo. Esta consideración la argumento en apenas tres palabras: falta de tiempo; la mayor parte de los alumnos de último curso de carrera estamos trabajando o haciendo prácticas y nos resulta prácticamente imposible sacar tiempo para otra cosa que no sea ir a trabajar, ir a clase o, incluso, estudiar. Pensé que sería como el resto de blogs que nos han ido mandando en diferentes asignaturas a lo largo de la carrera y que pasaría, como aquél que dice, “sin pena ni gloria” (los cuáles acaban desapareciendo debido a la falta de actividad por parte de sus creadores).

A pesar de que, como digo, no partía con una buena sensación sobre la creación de un blog, he de decir que esta asignatura, Información audiovisual, multimedia y educación, ha creado en mí unas ganas inmensas de crear un blog personal en el que poder plasmar mis propios pensamientos e ideas sobre el mundo que me rodea. Lo comentaba hace apenas unos días con una compañera de clase, y la reconocí que me ha enganchado el hecho de ir subiendo post y post e ir viendo cómo gente que ni tan siquiera conoces, se interesa por tus palabras sin tener ningún nexo de unión. Por ello, me llevo un muy buen recuerdo de esta asignatura y de la oportunidad que me ha ofrecido de poder saber y conocer el funcionamiento de un blog. Estoy buscando una temática de la cual hablar en mi próximo blog personal, algo que realmente me guste y me permita poder plasmar mis propios pensamientos sobre ello… La idea de tener un blog, sin embargo, ya está tomada y me siento, incluso, nerviosa por darle forma y comenzar a escribir.

A la hora de hacer las prácticas para el blog de la asignatura, siempre he puesto lo que he considerado oportuno en cada momento (independientemente  de la temática de la práctica) y una vez pasado el período de entrega de las mismas, he leído las publicaciones del resto de grupos. Es por ello por lo que considero que la valoración, en general, sobre los blogs creados es absolutamente favorable; creo que muchos de ellos pueden ser considerados como blogs profesionales y no creados en el marco de esta asignatura. El modo de expresarse de sus miembros, la argumentación a sus puntos de vista (en muchas ocasiones, diferentes a pesar de formar parte del mismo grupo), la ejemplificación de sus ideas… en definitiva, la creación de un blog INTERESANTE es lo que más he valorado (éste es el problema de muchos de los blogs actuales: sobreabundancia de información sin ningún tipo de organización que acaba creando la sensación de aburrimiento).

He estado buscando una forma de no comparar entre blogs debido a que creo que cada uno tiene sus puntos positivos y negativos pero, sin embargo, he llegado a la conclusión de que también es bueno para nosotros saber qué es lo que ha resultado más interesante y ameno para aprender de cara al futuro, por ello, he seleccionado un conjunto de blogs que, a mí, me han aportado algo:

El mejor blog de todos, según mi punto de vista. Organizado, estructurado, post creados a través de imágenes que invitan a la lectura, análisis exhaustivos y diferentes puntos de vista… todo lo que pueda decir del mismo es poco.
Ya a través de la presentación que ofrecen, Bienvenidos y disfruten del espectáculo, dejan claro su diferencia con respecto al resto. Descontrol, Algo huele mal en Dinamarca… son algunos de los post que más me han gustado porque, especialmente éste último, capaz de provocarme una carcajada en más de una ocasión. Genial.

Lo que más me ha gustado de este blog es su organización y su forma de llamar la atención a través de los titulares de sus post. El que más me ha gustado ha sido el que ha recibido el nombre de Público, de todos. Son unas palabras que provocaron en mí una sensación de pensar realmente qué está pasando con todo lo que es realmente nuestro, de todos los ciudadanos, y que los políticos quieren arrebatarnos a toda costa.
Me parece un titular muy ingenioso que pensando detenidamente en él, da a entender, por decirlo de alguna forma, el carácter de algunos políticos españoles; políticos que no se han dado cuenta aún de la diferencia entre un servicio/bien público y privado. El análisis del post es interesante, me parece que está bien escrito aunque creo que no aporta nada más a lo ya argumentado por el resto de grupos. El titular, sin lugar a dudas, lo mejor del post y del blog.

Me ha gustado la forma del blog y los análisis y explicaciones que ofrecen sus componentes. Afirmaciones como El modelo de las televisiones públicas autonómicas ha estado mal planificado también desde el principio o Esa idea de televisión pública al servicio de la democracia, con ideales pluralistas, al servicio de los ciudadanos, que son al final los que mantienen económicamente el servicio, ahora mismo no es posible, son algunas con las que me he sentido más identificada. He valorado que en algunas ocasiones, estas afirmaciones me han hecho reflexionar y por ello, creo que el blog me ha aportado algo.

Parece un poco obvio haber seleccionado este blog teniendo en cuenta cómo están las cosas hoy en día en cuanto a enfermedades como anorexia y bulimia se refiere. Los primeros post del blog es el que hace referencia a este relación entre anorexia – medios y no podría estar más de acuerdo con lo que se dice en los mismos: las imágenes que acompañan a las palabras no dejan lugar a dudas sobre lo que está pasando en el momento actual: los medios, a través de múltiples publicaciones, predisponen a la anorexia, tal y como queda reflejado en el blog. El hecho de mostrar siempre cuerpos esbeltos, de mujeres bellas y dando sensación de poder, está creando en la sociedad lo ya conocido como culto al cuerpo, es decir, preocupación extrema de la población por su cuerpo, más que por cualquier otra cosa.
¿Son los medios los culpables? ¿Es la baja autoestima de la población, en su mayoría, jóvenes, el problema de la sociedad? Preguntas retóricas aun sin respuesta.
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Lo que más me ha gustado de este blog es que sus post no tienen un tamaño excesivo y que, al fin y al cabo, llaman a la lectura por parte de la audiencia. Son post concretos, como el llamado Reiniciando España, a través del cual, pueden explicarse los tres modelos de comunicación sin necesidad de hacer referencia a más. No he entendido, sin embargo, la forma de subir post de los componentes del grupo y por ello, no puedo valorar si faltan post por parte de alguno de ellos, o no.

De este blog tengo una consideración dual; por una parte, considero que es un blog también muy estructurado, muy organizado, donde lo que más me ha gustado ha sido su forma de hacer los diferentes post, a pesar de que faltan algunos obligatorios. Quiero destacar el que recibe el nombre de El modelo conductista de Vodafone que es el que, a mi parecer, mejor muestra la forma de analizar un anuncio de televisión a través del modelo. A través de imágenes y explicaciones, creo que se entiende bastante bien en qué consiste el modelo conductista. Sin embargo, el punto negativo a este blog es que faltan algunas prácticas obligatorias por lo que puede considerarse incompleto.

Me ha encantado haber podido disfrutar de blogs con tanta categoría y calidad, espero que continuéis con el trabajo, ya tenéis una seguidora.
S. Parés

viernes, 28 de diciembre de 2012

La Espiral del Silencio en la TV Pública


No es sencillo escribir sobre televisión porque cualquier televidente –e incluso los que presumen de no serlo– se considera un experto en la materia. Por lo que respecta a la misma, todo el mundo tiene una opinión formada y hasta un par de ideas. El negocio audiovisual no es ajeno a la gran crisis económica que vive nuestro país. De hecho, tras dicha crisis se ha escondido una dura reconversión del sector debido a la renovación tecnológica y la incorporación de nuevos factores de competencia que, con la aportación de la TDT, han sido especialmente acusados en España. Por eso puede decirse que hoy ya nada es igual que antes. Las industrias del cine, la televisión y los servicios audiovisuales se han transformado. 

     En este nuevo contexto, la televisión pública debe tener un lugar propio y una función específica que, creo, aún están por precisar. Si esta se delimitara, podría contribuir incluso como elemento estabilizador del conjunto del sistema audiovisual nacional. Sin embargo, en la actualidad sirve más bien para lo contrario: padece una clara sobredimensión, y es inevitable que su propia desmesura altere artificialmente el equilibrio del mercado y descompense las relaciones de oferta y demanda, porque no hay una reglamentación nítida que limite la financiación, aunque se prescinda de la publicidad. Este desequilibrio ha provocado una metamorfosis en el negocio audiovisual que incluso ha tenido como consecuencia el cierre de algunas productoras o las dificultades financieras de otras.



Photodesc/Getty 



     Según el informe que publicó recientemente Deloitte la televisión pública pierde 2000 millones de euros al año. Tenemos que pagar – más o menos – medio punto de IVA o de otro modo, tenemos que pagar medio punto de IVA para poder ver programas que podríamos ver tranquilamente en cualquier televisión privada. Para ponerlo en contexto, el coste de la televisión pública es alrededor del 75 % de los se recaudaría con el famoso impuesto a los ricos (subir el marginal del 43 % al 55 %) y algo más de lo que nos ahorramos al congelar las pensiones (y con esto no quiero decir que no esté de acuerdo en que se deban congelar las pensiones). Y claro, ni el gobierno ni la oposición, ni los gobiernos autonómicos (las televisiones autonómicas pierden 2/3 del total) ha propuesto deshacerse de las televisiones públicas, porque como exponía mi padre el otro día en el almuerzo “los políticos quieren una televisión (pública) con audiencia porque esto tira de la audiencia de los informativos, que pueden manipular en su favor”. Y lo que también está claro en el informe de Deloitte es que se puede ganar dinero haciendo televisión. Como el mismo informe expone en su página 3 las televisiones privadas ganaron bastante dinero en el 2008. Por las razones expuestas no creo que los políticos se decidan a vender nuestras televisiones públicas (que nos permitiría hacer un poco de caja y ahorrarnos es casi 2.000 millones de euros al año) por lo que creo que este asunto enfatiza la necesidad de crear una institución independiente y lo más apolítica posible que sirva como freno a las ansias de gasto y poco control fiscal que tienen nuestros gobernantes. O sea, y sin querer ponerme pesado, un consejo de política fiscal.

     A tenor de lo expuesto anteriormente, personalmente me pregunto ¿Es razonable? Y lo que es más ¿Es necesario una TV pública con programas como "Gente" o series de baratillo como "Isabel" o "Okpa2" (hasta el nombre produce escalofríos)? La televisión llamada pública nunca ha ejercido como tal, ni los canales autonómicos, estatales o locales. Carentes siempre de pluralidad e inmersos en una búsqueda constante y contradictoria de ganar dinero, de conseguir cuota de pantalla y servir al político de turno en el poder, algo que no compagina con su supuesto servicio al ciudadano. Unos medios dependientes de la voluntad política no pueden aportan ninguna utilidad a los españoles, salvo la de hacer de altavoz y ser un continuo despilfarro de dinero, como demuestran unas cifras astronómicas de gastos, que bien se podrían esforzar en explicar a donde van a parar, por ejemplo mediante auditorías económicas anuales. Estamos abonados a la fuerza a una televisión gubernamental que reproduce unos servicios que ya nos prestan las televisiones privadas. ¿Acaso las películas, las series o el fútbol de Televisión Española son un servicio público? España no está en situación de derrochar dinero y menos los 152 euros por hogar que cuestan las televisiones públicas según el V Informe Económico sobre la Televisión Pública en España.

     Si gastan a espuertas el dinero de los españoles y no aportan nada ¿Para que las queremos? ¿Para qué sirven? Incluso las redes sociales hacen mejor las veces de servidor público que este modelo de televisión. Actualmente los únicos con ganas de mantener la televisión pública son los directivos, los periodistas y los políticos. Todos ellos con intereses bien claros y definidos.  Hace tiempo que desde estos medios no se promueve el conocimiento, no se garantiza información objetiva, ni la libre expresión de opiniones, por tanto no hay otra solución que la privatización, aunque eso sí, convendría encontrar la manera de que los ciudadanos no tengan que pagar por un servicio que no han recibido y lo que es peor todavía, pagar por la mala gestión del mismo.


Enlaces recomendados:
Salvados analiza la crisis de las televisiones públicas via Vertele
Mínimos históricos en la Televisión Pública en España via Formula TV
Alternativa a la TV pública ¿Impuesto sobre los ordenadores? via ADSL Zone


Carolina Ruiz de B.

Tercera práctica: Modelo de televisión pública, Telemadrid


El actual, y más vivo que nunca, debate sobre los beneficios y los gastos del mantenimiento de una televisión pública y autonómica, podríamos decir que viene precedido como nunca antes había ocurrido, por el ERE que en julio de este mismo año anunció Radiotelevisión Valenciana (RTVV) con 1295 despidos (hoy serían 1198 los trabajadores que perderían sus puestos de trabajo). Sin embargo, la consabida crisis económica que asola nuestro país y la ya también conocida crisis de la profesión periodística han favorecido que el debate de aquellos que están a favor o en contra de una televisión pública se haya avivado mucho más con la actual situación que atraviesa Telemadrid.

Quizá el debate periodístico que está surgiendo en torno a la figura de entidades como Telemadrid, resida en la actualidad en analizar el cumplimiento de lo que se ha bautizado como una gestión de “servicio público”. Sin embargo, ¿podríamos decir que las televisiones privadas como Telecinco, Antena 3 o La Sexta no  desarrollan una labor de servicio público? Puede ser que la respuesta sea determinar qué objetivos y fines persigue una televisión privada como las anteriormente citadas y cuál sería el fin de una televisión pública como TVE o pública y autonómica como Telemadrid –aunque bien es cierto que entidades privadas y a su vez, públicas, sostendrían que su programación vela por el cumplimiento del Servicio público de la comunicación audiovisual como recoge el Art.40.1 de la Ley //2010 General de la Comunicación Audiovisual-.

Se entiende que el papel de la televisión pública reside en dar cabida a una información veraz, plural y de calidad, que se aproxime al ciudadano, que sea un organismo que fomente el desarrollo cultural y de  identidad o que  vele por crear unos contenidos  que se centren en  aquello que no puede encontrarse en una televisión privada. Sin embargo, muchas de estas bases que componen lo que debiera ser una televisión pública como tal no se cumplen y menos aun cuando se trata de televisión no sólo pública como TVE, sino televisiones públicas y autonómicas como Telemadrid, donde puede decirse que el foco de control y debate es mucho mayor cuando entra en cuestión la labor que estas entidades realizan a través del dinero de sus ciudadanos y sobre todo, por su tendencia ideológica.


En Informe sobre el papel de la Televisión Pública Autonómica en España, Forta señala que en el contexto actual de los medios de comunicación públicos se han visto y se ven perjudicados por: la propia transformación del medio, por la pérdida de inversión publicitaria, por la fragmentación de la audiencia (podría entenderse como causa el auge de canales con la TDT), la presión para controlar el gasto, límites del servicio público y la dificultad en la explotación.

Asimismo,  y como no, yo añadiría que la necesidad del partido de turno por hacerse con el control del medio público o medio público y autonómico, ha favorecido que la rentabilidad y la credibilidad de su servicio se hayan visto notoriamente perjudicadas; sin duda, creo que es un elemento que resta puntos en su desarrollo de ese servicio público. De esta forma además creo que la presión sobre la televisión pública viene determinada por la justificación mediante el índice de audiencias de la inversión que sobre la entidad previamente se hace con fondos públicos. Es decir, tiene que equilibrarse el gasto que se realiza con su eficacia en la sociedad que es por la que se crea.

El vídeo elaborado por trabajadores de Telemadrid en el que se ilustraba con humor la evolución y caída de la corporación desde la llegada de Esperanza Aguirre señalaba como punto principal de su decadencia en audiencia y por consiguiente, en inversión publicitaria, la falta de credibilidad por la innegable mala gestión y politización de Telemadrid. Pero bien es cierto, y en el caso de Telemadrid, que podría añadirse que los contenidos ofrecidos por esta cadena han ido perdiendo no sólo calidad sino originalidad. Recuerdo que programas como “Madrileños por el Mundo” o “Madrid directo” eran símbolo de originalidad en la cadena y en el caso de “Madrid Directo” de ser un programa entretenido que sobre todo informaba de actividades culturales o formativas en la Comunidad de Madrid que no eran abordadas en otras cadenas. Sin embargo, estos formatos fueron copiados por TVE con “Españoles por el Mundo” o “España Directo” y, más tarde, Cuatro, por ejemplo, se haría eco de estos programas con Callejeros o Callejeros Viajeros con su particular punto de vista.

Por lo tanto, creo que hubo un momento en el que Telemadrid era un modelo de programación admirable por su variedad y por ofrecer contenidos que respondían a las necesidades del espectador, pero ahora, éste puede encontrar ese tipo de formatos en  las televisiones privadas. Quizá el planteamiento de debate ya no sólo resida en la politización de la cadena, sino en plantearse qué se puede hacer para sobreponerse a la competencia y ofrecer ahora más que nunca aquello que la televisión privada no se interesa por ofertar.

Desde mi punto de vista la televisión pública tuvo, tiene  o tendría que tener  dos ventajas (entre muchas otras) con las que  sin duda puede hacer frente a la feroz competencia de las cadenas privadas: no tiene o tendría que estar pendiente del índice de la audiencia sino de cumplir con el objetivo de lo que la sociedad demanda, creo que no hay mayor logro que conseguir satisfacer las necesidades del ciudadano. No se necesitan los manidos shows  o concursos televisivos para captar audiencia, sino (y puede ser utópico y muy difícil) buscar aquellos huecos que las televisiones privadas no consiguen solventar. La segunda ventaja desde mi punto de vista es que la televisión pública no tiene o tendría que comparecer ante sus posibles accionistas o inversores para dar muestra de su rentabilidad. Pero sin duda, y volvemos a lo mismo, en los tiempos que corren, todo gira en torno a las audiencias y los beneficios económicos que se generan.


El 1 de agosto de 2012 entró en vigor la ley que reformaba la Ley General de Comunicación Audiovisual aprobada en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. En la actual ley vigente (6/2012 de 1 de agosto) se establece como primer punto que las Comunidades Autónomas deberán presentar anualmente un informe donde se establece un equilibrio entre la inversión realizada y la rentabilidad generada acogiéndose a lo estipulado en la Ley Presupuestaria; un punto clave al que Telemadrid no puede hacer frente a día de hoy y por el cual se están evaluando diferentes fórmulas para que la cadena no eche el cierre definitivamente, un hecho al que el actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, no duraría en recurrir. 

 Además, y como señala el artículo tres de la reciente ley : Las Comunidades Autónomas que acuerden la prestación del servicio público de comunicación audiovisual determinarán los modos de gestión del mismo, que podrán consistir, entre otras modalidades, en la prestación del servicio de manera directa a través de sus propios órganos, medios o entidades, en la atribución a un tercero de la gestión indirecta del servicio o de la producción y edición de los distintos programas audiovisuales, o en la prestación del mismo a través de otros instrumentos de colaboración público-privada, de acuerdo con los principios de publicidad, transparencia y concurrencia, así como no discriminación e igualdad de trato. Asimismo, las Comunidades Autónomas podrán acordar transformar la gestión directa del servicio en gestión indirecta, mediante la enajenación de la titularidad de la entidad prestadora del servicio, que se realizará conforme con los principios citados anteriormente.

Un punto que daría pie a la externalización en la producción de los contenidos que se emitiesen y a una privatización de la gestión del canal.  Como sabemos, este es es el contexto actual sobre el cual se debate el futuro de Telemadrid  y sobre el cual está habiendo parones constantes de los trabajadores en la cadena que ha provocado la caída aún más del índice de audiencia y de la publicidad.

Rosario G. Goméz, periodista de El País publicó un artículo El hundimiento de Telemadrid donde se incluían datos de audiencia, ingresos publicitarios así como declaraciones de diferentes personalidades que han trabajo para Telemadrid y exponen su punto de vista sobre la situación. El artículo que denota una crítica feroz a la gestión de la cadena y sin duda hacia el PP, se informa por ejemplo de que si Telemadrid se mantuviese en pie la programación estaría configurada por series, películas o incluso programas como Madrileños por el mundo cuya producción emanaría de entidades privadas. 

En este momento, y si la situación no varía, lo más probable es que Telemadrid pase a manos privadas y quizá sea la única salida para mantener la cadena, pero está claro que el carácter con el que se constituyó la cadena en 1984 si ha perdido su sostén, sin duda, en un futuro perderá su sentido. Pero, si esto sucede, podemos estar seguros de que los programas y contenidos que se viertan estarán destinados única y exclusivamente a favorecer los intereses del mando gestor con una asentada ideología, con unos fines económicos y se alejarán de lo que se entiende por servicio público. Entonces la cuestión está en saber, si Telemadrid como órgano con gestión privada conseguirá satisfacer las necesidades del ciudadano porque entonces, si no fuera así, lo más seguro es que surgiese una cadena que poco se podrá diferenciar de Antena 3 o La Sexta. Por lo tanto, ¿podrá seguirse acogiendo a una cadena pública? ¿a qué cadena tendrá que acudir el ciudadano para recibir un verdadero servicio público si corre el peligro de ser privatizada por un bajo índice de audiencia o falta de inversión publicitaria?


Ana Garay 

miércoles, 26 de diciembre de 2012


Privatización Telemadrid, ¿obligación o interés?

El pasado mes de septiembre, todos los madrileños fuimos testigos del anuncio efectuado por la entonces Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre: inminente comienzo del proceso de privatización de Telemadrid, “la radio televisión autonómica de la Comunidad de Madrid”, definición a la que puede accederse a través de su página web. Sin embargo, a pesar de que esto fue anunciado hace apenas tres meses, desde hacía ya mucho tiempo la posibilidad de privatizar un canal público como Telemadrid había llegado ya a oídos de todos, sobre todo teniendo en cuenta los delicados momentos económicos por los que atravesaba, y sigue atravesando.                                                                                   
Es de interés general que la actualidad informativa que incumbe a las televisiones y radios autonómicas, entre ellas Telemadrid, está en el ojo del huracán por cuestiones puramente económicas: como consecuencia de una gestión, la mayor parte de ocasiones errónea, los problemas que se han venido arrastrando han llegado hasta la ciudadanía en general que, ya en estos momentos, se plantean qué es lo mejor para éstas televisiones teniendo en cuenta la deuda que arrastran.

La crisis económica ha obligado a Telemadrid y al resto de televisiones autonómicas a efectuar importantes y difíciles recortes en sus presupuestos que se han traducido en una constante eliminación de contenidos de distinta índole. Por si ésta pérdida de contenidos fuera poco, lo más destacado y lo que más ha salido a la luz pública ha sido la eliminación también de puestos de trabajo, es decir, de personal, a través de los ya conocidos ERE, Expediente de Regulación de Empleo, cada vez más habituales en los medios de comunicación. Es en ésta situación, esperando un ERE, en la que se encuentra en el momento actual Telemadrid: más de 920 trabajadores serán despedidos y por este motivo, llevan saliendo a la calle en forma de manifestaciones y protestas desde que esto fuese hecho público.

Una vez explicado cuál es la situación actual en la que se encuentra Telemadrid, hay que determinar las causas que han provocado el estado actual de la televisión pública madrileña: Telemadrid se enfrenta a una deuda de aproximadamente 300 millones de euros y con la increíble cifra de haber perdido en un tiempo aproximado de diez años, unos 1.000 millones de euros. Las cifras hablan por sí solas y son un ejemplo de una gestión nefasta que demuestra que la preocupación por salvar Telemadrid, el lema con el que los sindicatos intentan evitar el ERE, ha llegado un poquito tarde ya que, a día de hoy, es prácticamente imposible que el ente público pueda hacer frente a su deuda sin hablar de privatización.

 La política de la Comunidad de Madrid, como no, se ve salpicada directamente con el estado actual de Telemadrid y por ello, varios sectores de la población tachan a la expresidenta Esperanza Aguirre y también al presidente actual, Ignacio González, de estar detrás de los malos resultados que se barajan en el momento actual. La politización de los contenidos emitidos por Telemadrid, en especial los servicios informativos, ha demostrado, supuestamente, que la política ha sido la línea imperante en esta cadena pública y por ello, ahora son éstos trabajadores los que quieren que sean los propios políticos comunitarios los que la saquen adelante. La forma de hacerlo, sin embargo, es lo que no convence.

Recientemente, Ignacio González, preguntado por los periodistas sobre las causas de la privatización del ente, argumentaba que poco más podía hacerse por un servicio al que calificaba como deficitario, sin embargo, ¿en qué medida han intervenido las políticas del Partido Popular de Madrid? Los trabajadores y los sindicatos que les representan tienen, supuestamente, datos que corroboran que el PP ha sido el desencadenante de la crisis de Telemadrid y que por ello, debe ser el encargado de sacarla adelante sin recurrir a la más que esperada privatización. Éste es el contraste de cifras y argumentos al que nos tenemos que enfrentar día sí y día también; unos luchando, supuestamente, por los trabajadores y oponiéndose al ERE, y otros afirmando por activa y por pasiva que el ERE es la solución a Telemadrid. Y ante esto, ¿qué podemos opinar los ciudadanos de a pié?

En primer lugar, y desde mi punto de vista, es destacable que la politización de Telemadrid ha sido un hecho en sus contenidos desde que tengo uso de razón; ensalzamiento de las políticas populares y renuncia a otros pensamientos también respetables, y necesarios, en la Comunidad. Esto es un hecho. Sin embargo, ¿en qué cadena pública no ocurre esto?                                   
No niego que el Gobierno regional no haya tenido nada que ver con el estado actual del ente debido a que, viendo los malos resultados que lleva arrastrando desde hace ya varios años, debería haber hecho algo por paralizar esta situación y no llevarla a más, no quedarse de brazos cruzados viéndolas venir, que es lo que me parece que ha pasado echando la vista atrás. Sin embargo, llegados a este punto y teniendo en cuenta la actual deuda, me pregunto qué puede hacerse por Telemadrid. No es una pregunta fácil  y menos sencillo es todavía encontrar una solución que satisfaga las necesidades de todos; trabajadores y Gobierno comunitario. Que se ha gastado de más es un hecho, que ha habido un mayor número de trabajadores de los realmente necesarios también es un hecho… y sobre todo, que se ha trabajado por el bien personal de muchos y no por el bien de Telemadrid TAMBIÉN es un hecho. La pérdida de ingresos procedentes de la publicidad y el aumento en partidas de gastos como personal han desencadenado una situación que lejos de reducirse, aumenta día a día sin que nadie haga nada por salvarla ni ahora ni a largo plazo.

Por todo esto, y a pesar de que considero necesarios los contenidos ofrecidos por los canales públicos son totalmente necesarios ya que son los que, supuestamente, responden al interés de todos independientemente de las ideologías, creo que la privatización de Telemadrid es la única forma posible de hacer que el ente salga adelante en estos momentos, a pesar de que creo también que no es la solución acertada, sino, más bien, obligada. Entiendo la preocupación de los sindicatos al considerar que la Comunidad está entregando dinero de todos los madrileños a una empresa privada tras la privatización, también es una preocupación que comparto, sin embargo, no veo que éstos propongan una solución al estado actual de Telemadrid. Solución, eso sí y desde mi punto de vista, prácticamente imposible teniendo en cuenta también es estado de las arcas públicas comunitarias.

Telemadrid arrastra no sólo contenidos politizados o movilizaciones; arrastra años de tradición, años de valoración y buenos resultados otorgados por la audiencia, no especialmente estos últimos años, pero sobre todo, arrastra esperanza por parte de miles de ciudadanos que queremos y deseamos seguir poder disfrutando de sus contenidos. La privatización es un hecho; no ha sido, sin embargo, una gestión buena ni lícita y la solución que se plantea no es la adecuada. El Presidente Ignacio González, además, como último apunte, creo que no debería argumentar que la privatización ha sido apoyada por la inmensa mayoría de los madrileños porque, en mi opinión, creo que se equivoca.

Consecuencias de la privatización de Telemadrid.

Las consecuencias derivadas de la privatización de Telemadrid son, como en todo, positivas y negativas; el único pro que encuentro capaz de explicar y argumentar la privatización de esta cadena es que, a través de la aportación y financiación económica, se logrará sacar adelante la misma, cosa que, en estos momentos es difícil teniendo en cuenta la deuda existente. La externalización apoyaría el tejido audiovisual independiente, estimulando también el desarrollo audiovisual de la zona debido a la proximidad, además, se ahorrarían costes debido a esta delegación de contenidos y se garantizaría un mayor tiempo de contratación de la tercera empresa, lo que supondría una mayor proporción de población empleada. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, considero que las mismas podrían ser derivadas de una televisión pública siempre y cuando su gestión sea llevada a cabo de una forma correcta y ordenada.

El rescate de una empresa o empresas privadas hará que Telemadrid salga adelante pero como siempre, con terribles consecuencias para los diferentes contenidos de la cadena. A la hora de hablar de desventajas  encuentro bastantes: tras el proceso de privatización, Telemadrid dejará de ser un organismo público y por ello, perderá dos características fundamentales publicadas en el Informe del Grupo de Alto Nivel sobre la Política Audiovisual, publicado por la Dirección General de la Comisión Europea sobre Sociedad de la Información y Medios de Comunicación; en el mismo, se establecía que los fondos públicos destinados a la radiodifusión pública debían, por una parte, ser proporcionados a las necesidades de financiación de los diferentes organismos, y por otra, se exigirá una transparencia total en sus contabilidades con el fin de controlar esta proporcionalidad. Ambos puntos dejarán de cumplirse tras la entrada de la empresa pública y la televisión de todos los madrileños será prácticamente inaccesible en cuanto a financiación o gastos y también, en cuanto a contenidos. Si hasta ahora, tal y como establece la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual, se reconocía en el artículo 40.1 que “el servicio público de comunicación audiovisual es un servicio esencial de interés económico general que tiene como misión difundir contenidos que fomenten principios y valores constitucionales, contribuir a la formación de una opinión pública plural o dar a la conocer la diversidad cultural (…)”, esto, tras la privatización, quedará a un lado debido a que los intereses de la empresa predominarán y dejarán a un lado las necesidades o demandas de la audiencia.

Los servicios informativos, el contenido que tendría que contar con una mayor neutralidad en una televisión para dejar que sea la audiencia la que forme su propio punto de vista, también podrá ser politizado; en esta misma Ley se establece también que “los entes públicos de comunicación audiovisual y sus sociedades prestadoras no podrán ceder a terceros la producción y edición de los programas informativos (…)” y por tanto, tras la privatización, podrán controlarse los contenidos, entre ellos los informativos o programas derivados, según intereses o conveniencias.                                                                                                                   
Esto, a pesar de quedar establecido en la Ley, es puesto en duda en numerosas ocasiones, por lo que muchos se preguntan si no era éste el objetivo de la Comunidad para argumentar la necesidad de privatización del canal.

Creo que lo más difícil para una televisión pública autonómica es llegar a un equilibrio que fomente la industria audiovisual local, es decir, que apueste por la zona donde son emitidos los contenidos (con un coste menor), y por otra, que garantice contenidos de calidad que respondan a la identidad cultural y social de los ciudadanos. Considero que es un difícil punto medio debido a los intereses, siempre intereses, que hay por medio. Estos intereses, tal y como puede verse en el vídeo emitido por los trabajadores de Telemadrid, ponen, en muchas ocasiones, a los trabajadores en último lugar y hacen que, mientras que pueden ser éstos los encargados de realizar los propios contenidos, éstos son delegados a terceras empresas, locales o no, siendo mucho más caros y de una calidad menor. Es, al fin y al cabo, un pez que se muerde la cola.

En resumen, tras la privatización de Telemadrid, la cadena perdería su esencia y su objetivo inicial para centrarse no en emitir contenidos de interés general, sino en conseguir beneficios para la empresa/s que se hagan cargo de su gestión. No sería un canal que propiciase la calidad o el rigor, sino el interés de unos pocos, no de la ciudadanía en general.

¿Puede llevarse a cabo la privatización de Telemadrid?

Autores consideran que todo es un rumor y que finalmente, no puede llevarse a cabo la privatización de Telemadrid debido a que, supuestamente, tendría que modificarse la Ley del Tercer Canal de Televisión, aprobada en 1983, basada en lo siguiente:
“autorizó al Gobierno para que tomase las medidas necesarias para la puesta en funcionamiento de un tercer canal de televisión de titularidad estatal y para otorgarlo, en régimen de concesión, en el ámbito territorial de cada Comunidad Autónoma, apoyándose en los Estatutos de Autonomía y el Estatuto de la Radio y la Televisión Española.

                                                                                    (…)"
                (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_del_Tercer_Canal_de_Televisi%C3%B3n)

Sin embargo, y tras las palabras de la expresidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que afirmó el pasado mes de septiembre que tenía pensado inicial las gestiones de privatización de Telemadrid de inmediato, todo hace pensar que esta ley se ha quedado a un lado y que el objetivo de Aguirre y de su sucesor González, será finalmente, llevado a cabo.

A los que también beneficia, y ya termino, esta privatización, es al resto de televisiones y radios de carácter privado; son, si lo analizamos detenidamente, los que se han mantenido en un discreto segundo plano y se han limitado a informar encorsetadamente de lo que ha estado ocurriendo en las ya constantes manifestaciones y huelgas pro Telemadrid como ente público. La razón a esto no es otra que estos canales se han mostrado siempre en contra de los canales públicos y consideraban que su forma de actuación no era del todo leal ya que, estos últimos, obtienen ingresos procedentes del estado, ingresos públicos, y también ingresos procedentes de la publicidad. Se quejaban estas empresas privadas que si estos canales defendían a capa y espada su condición de públicos, debían ser financiados única y exclusivamente, con este tipo de ingresos. Esto, sin embargo, creo que ha quedado claro que es totalmente inviable ya que, si con dos fuentes de ingresos, los canales autonómicos públicos han alcanzado cifras innombrables de deuda, no puedo imaginar qué hubiera pasado si sólo contasen con una (debate también interesante para analizar teniendo en cuenta los delicados y tensos momentos por los que atraviesa la televisión de todos los españoles, Televisión Española).

Mientras, ante las constantes protestas llevadas a cabo por los trabajadores del canal ante la privatización, este es el estado de Telemadrid. Miembros de la plantilla, de los servicios informativos, supuestamente, han hecho público que ellos sí que quieren emitir contenidos y trabajar pero que son los sindicatos los que se lo impiden. 
¿Qué hay de verdad en todo esto? Habrá que esperar a ver cuál es el siguiente paso de la Comunidad en cuanto a la privatización, o no, de Telemadrid y como no, opinar en consecuencia.                                                                                           
                                                                
                                                                                                                                           S. Parés